jueves, 1 de julio de 2010

Dogubeyazit- Kars

Me levanto temprano con la intención de terminar las cosas de la moto, ayer se nos hizo de noche y dejé la pieza de sujección del cubre carter  sin enderezar. Estando tan deformada, cualquier golpe podría ser fatal.



 Pregunto en la recepción si tienen alguna herramienta.El recepcionista, que no entiende ni jota de inglés,me pregunta algo así como: Para qué?. Le muestro la pieza y sale con un martillo de kilo. Le digo que eso no servirá, que lo que necesito es un tornillo de banco para sujetarlo y una llave inglesa grande para enderezarlo.
Esta comunicación de "di lo que quieras que yo entenderé lo que me de la gana" es lo que tiene. Agarra la pieza, la apoya contra un semi muro de ladrillo y se lía a martillazos hasta que le vibran los empastes. Deja la pieza hecha un cromo y me mira encogiendo los hombros. Parece darse cuenta que esto no funciona y me lleva a un taller de bicicletas primero, a uno de motos después, para terminar en uno de coches. Lo del tornillo de banco aquí, parece cosa de la NASA. Sacan la llave inglesa de un cajón, donde guardan las herramientas mas preciadas y sin dejarme hacer se lía con ello. Cualquier parecido con la pieza original es pura coincidencia y como debo tener un color parecido al de un volcán en erupción, finalmente me dejan la llave inglesa. El metal es fuerte, pero maleable, tras un cuarto de hora consigo algo que encajará en los agujeros del resto de componentes sin que se parta.

Dejamos el hotel sin saber muy bien a donde dirigirnos. Subimos por un camino con la intención de tomar unas fotos del Ararat desde enfrente pues el cielo está despejado, y eso ocurre pocas veces a semejante altura. El camino es impracticable, y tenemos que desistir, no sin antes pegarnos una caminata, que nos deja sin aliento, en balde.



Estamos poniendonos los cascos....   "De verdad venís desde España?"  No sé quien se sorprende más.
Un viajero español nos cuenta su viaje, viene de lejos y tiene buena información que darnos. Pasamos medio día con él. Simpático, extrovertido y hablador nos cuenta sus peripecias, incluso nos regala unos mapas, valiosa información y su agradable compañía. También nos "prohíbe" expresamente poner fotos en las que aparezca. "Estoy de viaje, pero no aquí.... Nunca se sabe quien puede ver tu foto en internet" 
Un saludo para ti y muchas gracias por todo!!

Al fin salimos dejamos esta ciudad y el Ararat   nos deleita con una última visión.




Hemos salido tarde de Dogubeyazit y se nos va echando el tiempo encima. Llegamos a un hotel que nos ha recomendado "el viajero" y  lo recuerdan perfectamente, es de esa gente que se hace notar tanto como querer.
Salimos a comer algo y de vuelta al hotel encontramos uno de esos supermercados super baratos en los que los precios son lo mas importante, compramos un juego de tres gallumbos ( que ya escasean), un paquete de 16 pilas alkalinas, dos botellas de agua y unas natillas de chocolate por unos 5 euros al cambio. 
Todo cosas de primera necesidad por un precio ajustado...

Con pena de tener que lavarme los dientes y perder el sabor de las natillas, nos vamos a dormir.
Este hotel tiene los mejores colchones en los que hemos dormido desde que salimos de España,  pero mantiene la costumbre turca de no tener persianas ni cortinas oscuras por lo que parece que dormimos en mitad de la calle.

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