viernes, 2 de julio de 2010

Borzhomi- Tiflis


Ver Borzhomi- Tiflis en un mapa más grande










Nos levantamos  sin prisa y desayunamos "Full tank", el dia puede ser largo.
Anoche barajamos la posibilidad de dar un rodeo por carreteras secundarias para llegar a Tiflis atravesando dos veces una cordillera montañosa.  Hacemos cuatro veces mas kilómetros, pero nos permite descubrir dos de los mas importantes atractivos de Georgia: unas cuevas horadadas en la montaña y sus espectaculares montañas.


Nada mas salir nos enfrentamos al primer problema, en la gasolinera no aceptan dolares ni euros, solo Laris. Por lo poco que hemos visto hasta ahora, aquí con el dinero no se juega. Todo el mundo quiere su dinero por adelantado.
Tenemos que dar un par de vueltas, pero llenamos los depósitos y empezamos a ascender por una carretera en buen estado. Debería llevarnos hasta unos 2500m de altura.






Como ya nos temíamos la carretera se convierte en pista. Tenemos que dar alguna vuelta, apenas llevamos unos mapas básicos en papel y no hay cartografía útil para los GPS . Preguntamos a los lugareños y finalmente damos con la pista que buscamos.






Las nubes se ciernen sobre nuestras cabezas y una fina lluvia empieza a caer. Según vamos subiendo, nos metemos de lleno en las nubes y la masa de agua que contienen se va pegando en nuestras ropas, rostros y equipajes. En poco tiempo estamos empapados. Fue buena idea poner los forros impermeables en los trajes.


Llegamos a un tramo en que el barro hace acto de presencia. Reinhard piensa que no es buena idea subir por esa pista con las motos tan cargadas. Decidimos continuar despacio y con precaución mientras la pista sea medianamente transitable y que daremos la vuelta si hay dificultades serias. Al fin y al cabo las carreteras en obras con grava de Turquía eran mas difíciles que esta pista... Por poner un ejemplo. Así seguimos la ascensión mientras las nubes se hacen cada vez mas espesas, la pista se hace cada vez mas escarpada y apenas vemos unos metros por delante de nuestras narices.  De vez en cuando, aparece un enorme bulto oscuro en la niebla que se convierte al instante en un camión todo terreno. Reinhard dice que quizás sea mejor no ver los precipicios que lindan la pista y que la niebla oculta. Puede que no le falte razón, como pude comprobar hace unos días, pero el paisaje debe ser grandioso.
Casi llegando a la cima, unas obras nos ponen en un aprieto con un terreno blando del que finalmente salgo con un fuerte olor a embrague quemado. 








Cuando coronamos la cima, un control del ejercito nos pide los pasaportes mientras miran y remiran las motos. Aquí llaman la atención incluso mas que en Turquía.
Nada mas iniciar el descenso por la parte sur de las montañas, las nubes se abren y nos dejan petrificados ante la grandeza  del entorno.









Con buena visibilidad y mejor pista vamos haciendo camino. Cada vez que paramos a tomar fotos, si alguien se cruza, nos pregunta si tenemos algún problema y nos ofrece su ayuda. Incluso un el conductor de un camión nos ofrece gasolina. Conduce un poderoso camión con tracción en sus tres ejes. ¡Que funciona con gasolina!  Y que hace derrapar los ejes traseros al arrancar, imagino que para impresionarnos. En cierto modo lo consigue, el camión debe tener unos cuarenta años y no solo funciona como el primer día sino que estoy seguro de que mi coche no se mueve con tanta soltura.




Una vez en la carretera principal, tomamos un desvío hasta las cuevas que queríamos visitar. Hay que hacer un largo camino andando hasta la entrada y subir una empinada cuesta por lo que decidimos no entrar pues no tenemos demasiado tiempo. Una familia que esta haciendo un picnic donde hemos parado nos invitan a comer. Me sigue sorprendiendo la actitud de la gente que nos encontramos. Somos unos absolutos desconocidos pero nos tratan como si fuésemos parte de su familia.






Después de la comida, subimos de nuevo en las motos y tomamos dirección Tiflis por lo que deberia ser una carretera en buen estado que se encuentra, para variar, en obras. El firme está hecho y de  vez en cuando hay un trozo asfaltado. La mayoría es pista con grava suelta, esto ya es pan comido, aunque de vez en cuando los continuos serpenteos de la rueda delantera, de la trasera o de ambas a la vez nos hacen aflojar un poco el ritmo.
Alguna parada en terreno volcánico, los austriacos tienen que hacer fotos molonas. Los patrocinadores esperan algo a cambio del desembolso que han hecho.












Alguna que otra parada no prevista, con trampa de grava incluida en la que Alex y yo estamos apunto de dejarnos los dientes, según la noche va cayendo.




Ya completamente de noche, llegamos a Tiflis, donde los austriacos han reservado un hotel, que al final es una casa particular. Toda la familia, abuela incluida, duerme en un sofá para dejarnos hueco. Las dos noches siguientes las pasaremos en el hotel, mientras lavamos ropa, descansamos nuestros cuerpos y cuidamos de nuestras monturas, que ya nos va haciendo falta.


Mañana partiremos sin saber muy bien hacia donde.... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario