sábado, 23 de octubre de 2010

Islamabad-Lahore

 
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Salgo un poco tarde de Islamabad y Sylvain me acompaña con su 125 hasta la autopista. Esta vez tengo suerte. Un policía me hace una señal para que pare pero otro le hace un gesto para que me deje pasar. Imagino que en estos días habrán visto pasar al resto de motos que venían del norte. Pensaba ir por la carretera nacional, pero Sylvain me dijo que podría llevarme varios días llegar a Lahore, y no quiero perder mas tiempo.

El recorrido es monótono como todas las autopistas, pero se agradece conducir relajado.

Llego a Lahore con tiempo de sobra para buscar con tranquilidad un hotel en el que paran bastantes viajeros. Está un poco escondido, pero no tardo demasiado en encontrarlo… Y en darme cuenta de que el tráfico en una ciudad de siete millones de habitantes (en Pakistan) es caótico como en pocos lugares en el mundo.

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En el hotel me encuentro de  nuevo con Lisa y Jason, (Que pequeño es el mundo!) que conocí en Karimabad hace ya algún tiempo.  Nos contamos nuestras peripecias y nuestros siguientes destinos. Como solo voy a estar una tarde en Lahore, decido ir con ellos a la frontera de Wagha a ver la ceremonia del cierre de frontera. Un espectáculo entre lo cómico, lo irónico y lo absurdo. Centenares de personas se reúnen cada día para dar ánimos a sus soldados para que se pavoneen delante de los del país vecino. Buscad en youtube y entenderéis  lo que quiero decir.
También es cierto que hacer esto es mejor que seguir amenazándose con armamento nuclear…


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Teníamos la esperanza de que nos pusiesen en primera fila. Suele ser lo habitual con los extranjeros en el lado pakistaní, no tan abundantes como en el lado indio. Pero era domingo y estaba abarrotado así que nos conformamos con verlo desde la distancia.

Un poco de charla por la noche, de vuelta en el hotel. Donde no nos explicamos porque sigue siendo lugar de reunión de viajeros estando en el estado en el que se encuentra.
Despedida de rigor y deseos de buena suerte, mañana ellos salen hacia el oeste y yo….

sábado, 9 de octubre de 2010

Abbottabad- Islamabad


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Tras preguntar por el estado de la carretera que lleva a Naran y obtener el famoso “Maybe tomorrow”. Me dirijo a Islamabad a esperar para poder recuperar mi equipaje.
Peter trabaja esa misma mañana, por lo que salimos temprano del hotel.

Un buen desayuno hace ver las cosas con optimismo y nos zambullimos en el torrente de vehículos con una sonrisa en la boca.  Antes de salir de Abbottabad, paramos a repostar y ya no sonreímos. Ha durado poco…

Sylvain, con su pequeña honda, marca el ritmo. Se nota que lleva tiempo en Pakistan pues se desenvuelve como pez en el agua. Aquí no se notan los caballos o los centímetros cúbicos, una 125, una 660 y una 1200 circulan a la misma velocidad entre esta locura. En un par de ocasiones Peter se queda rezagado, a saber que le habrá ocurrido. Cuando le pregunto, solo atina a mover la cabeza de lado a lado mientras baja la mirada.

Unos Kms mas adelante, en Haripur, abandonamos la KKH y tomamos un desvío hacia Taxila por una carretera en peores condiciones pero con menos tráfico. Paramos a la orilla de un lago a tomar un refrigerio, por aqui ya se va notando el calor y la humedad, aunque no parece tan agobiante como hace unas semanas.

Continuamos ruta hasta Taxila, donde tomamos la autovía a Islamabad. Silvain nos dice que sigamos sin el, pues su moto es la menos potente pero sigue marcando el ritmo  y yendo en cabeza.

Al llegar a Islamabad me llama la atención el clima, mucho mas suave que cuando me fui. Apenas hace calor y la humedad no llega a la mitad.

Sylvain me ha invitado a su casa, tiene espacio de sobra y dice que me puedo quedar el tiempo que haga falta. Lo que es un alivio, pues el alojamiento decente en Islamabad es bastante caro y el camping… no es una opción.

Vamos a comer a un restaurante de calidad y por unos instantes me siento de nuevo en Europa. Esta vez no parece la misma ciudad. Los días que he pasado en casa de  Sylvain  ha sido con diferencia los mas confortables del viaje.

El grupo de viajeros que encontré en el Khunjerab, también han llegado hasta Islamabad, donde unos continúan hacia India y otros paran para hacer visados o, en el caso de Favián, esperar recambios y reparaciones.

Paso unos días en Islamabad disfrutando de la compañía y la hospitalidad de Sylvain, que me enseña una ciudad distinta de la que conocí. Compartiendo bromas y algunos ratos con Favián y entendiendo porque se dice que Islamabad está a catorce kms de Pakistan.

Finalmente, tras una espera mas larga de lo previsto y gracias a la inestimable mediación de un ayudante de Peter, consigo que un trabajador del hotel de Naran traiga mi equipaje hasta Islamabad.
Por fin es hora de partir de nuevo y continuar el viaje.


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Taller de vespas en Pakistan.


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Sylvain en la pequeña honda

Besham- Abottabad


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Por la mañana al levantarnos, después de un buen desayuno, acompaño a Favian a la gasolinera. Hay un chico trabajando en la moto, dice que la cámara esta inservible y que hay que cambiarla. Hay que darle el dinero por adelantado y al final, pone otra, pero también usada…. Pakistan!

Finalmente salimos un poco tarde de Besham y continuamos por una carretera serpenteante al lado del Indo, que ruge en el fondo de la garganta.
Hace ya varios días que me quedé sin batería en la cámara, pero hoy parece que se ha recuperado y me deja hacer una…


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Unos Kms mas adelante el neumático trasero de Favián vuelve a perder aire, pregunta en un taller de neumáticos y…. sencillamente le dicen que no!
Las matrículas de los coches lo dicen todo “SWAT” se lee en cada una de ellas, zona “conservadora”. Los extranjeros seguimos sin ser bienvenidos….
Pregunta en otra con igual respuesta hasta que al fin un pequeño taller le monta una cámara, esta vez nueva.

Mientras esperamos, un ruido llama nuestra atención. Una pequeña 125 y una  flamante  Tenere de ultima generación se paran al vernos, son Sylvain y Peter, que trabajan en Islamabad. Salieron hace unos días a recorrer el Kaghan Valley, pero un enorme deslizamiento de tierra ha cortado la carretera por el sur y han tenido que subir hasta Chilas para volver por la KKH.
Esto me desconcierta, por un lado, no podré subir por el Kaghan Valley a por mi equipaje hasta que no abran la carretera. Pero si han venido hoy por Chilas… el Babusar estaba abierto cuando pregunté a los policías!!
Esto me complica aun mas las cosas, me comentan que cuando ellos pasaron, estaba nevando y es fácil que ahora si que este cerrado. Pienso en quedarme en Manshera hasta que abran la carretera, pero me comentan que no es una ciudad muy segura, que es mejor quedarse en Abbottabad, hacia donde ellos van ahora. Quedamos en vernos por allí e intercambiamos los teléfonos. Parecen Gente bastante maja y de nuevo nos encontramos unos kms mas adelante cuando paramos a descansar un rato.

A partir de aqui la carretera esta en bastante mejor estado, el tráfico aumenta y los conductores se vuelven locos, la parte sur de la KKH es un autentico manicomio sobre ruedas.

Al subir un pequeño puerto de montaña, el aire fresco y seco nos anima a hacer una parada, donde me despido de Favian y del resto de su grupo con la intención de preguntar en Manshera por el estado de la carretera hacia Naran o de llegar de día a Abbottabad.

En Manshera me dicen que la carretera esta bien, que esta abierta, pero visto lo visto, quiero confirmarlo y en otros dos lugares me repiten que esta cortad, que en uno o dos días estará abierta. Continuo hacia Abbottabad y un par de conductores de furgonetas me hacen desesperar un poco y me paro a consultar la guia para saber que hotel buscar. En ese momento, Peter y Sylvain paran a mi lado, me dicen que ellos han reservado ya un hotel allí y que podemos ir juntos. Da gusto conocer a gente así!!

El resto de carretera hasta Abbottabad es una sucesión de maniobras al límite. A veces parece que simplemente se trata de un videojuego en el que los vehículos mas grandes van a la caza de los mas pequeños….

Por fin en Abbottabad, encontramos el hotel tras un par de vueltas, cenamos como reyes, charlamos un rato y nos vamos a dormir.
Hoy ha sido un dia largo…

Shangri-la - Besham


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Me despierto con sueño y Favian ya lleva un rato leyendo. Salgo de la habitación y todos están en pie y recogiendo. En pocos minutos estamos listos para partir. La policía se empeña en escoltarnos, les insistimos en que no hace falta pero no nos dejan continuar solos.

Los policías se extrañan cuando alguno para a hacer alguna foto y el grupo se rompe, pero no protestan. Estos parecen tener menos prisa que los que me escoltaron en el sur.

En dos horas llegamos a Chilas, donde ya se puede encontrar combustible al precio oficial y queremos parar a desayunar. A  los policías no les hace mucha gracia esta parada, pero todos tenemos bastante hambre.

Mientras repostamos, uno de los policías me dice que el paso del Babusar esta cerrado a causa de una nevada hace pocos días. Esto rompe mis planes por completo, tengo que ir a Naran a recoger el equipaje que dejé allí. Insisto en que necesito llegar a Naran como sea pero me dicen que no es posible. Tendré que bajar hasta Manshera y volver hacia el norte a través del Kaghan Valey  otra vez a por los neumáticos y el topcase.

Favian y Stefano buscan una “panaderia” donde comprar algunos “naan” para almorzar  y se entretienen mas de la cuenta. Mientras esperamos para salir de nuevo, advertimos que todos los autobuses llevan militares y cada camión lleva dos soldados encima de la carga. James me cuenta que cuando el trabajó aquí hace algunos años, en estas fechas ocurría lo mismo. Empiezan a caer las primeras nieves, los pasos quedan ya cerrados hasta la primavera y quien tiene el control de un valle lo mantiene hasta el año siguiente. Este tira y afloja se repite cada año entre talibanes y ejercito.

Una vez regresan Favian y Stefano, emprendemos la marcha escoltados por la policía. Esta vez nos dicen que en el siguiente check post podremos continuar solos.
No tardamos mucho en llegar y en hacer el trámite, pero entre saludos y fotos perdemos algo de tiempo, muy cordiales los policías, se despiden de nosotros. 
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A partir de aquí, la carretera serpentea entre las montañas por unas gargantas tan estrechos que el sol apenas toca el fondo unas horas al día.
Hay que ir con cuidado, pues cruzarse con un camión en medio de una  curva puede significar un susto importante.

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Favian en su 125 extrema las precauciones pues sus frenos dejan que desear y a pesar de que en un par de ocasiones me dice que siga, prefiero quedarme con él por si tuviese algún problema.

Finalmente, casi llegando a Besham, la moto de Favian pincha y se nos hace de noche mientras lo reparamos. Bromeamos para sentirnos mejor, pero no nos hace gracia estar en la carretera de noche en un lugar que hace un año era zona taliban. Por si esto no fuese bastante, se oyen truenos a lo lejos. Las cosas siempre pueden ir peor…

Tras dos tentativas de reparación, la cámara, ya reparada unas cinco veces y mas dura que una alpargata, sigue perdiendo aire. A penas quedan cinco kms hasta Besham y decidimos seguir despacio, con la llanta en el suelo. Esto lleva ub rato y por el camino nos encontramos con Stefano y Carl que han venido a buscarnos ya preocupados pues hace ya un par de horas que ha anochecido. Al llegar a Besham, Favian deja la moto en una gasolinera para repararla al dia siguiente. Nos vamos al hotel que ya nos han reservado y disfrutamos de una buena cena mientras nos contamos la batallita.

lunes, 4 de octubre de 2010

Deslizamiento- Shangri-la

 
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Pasamos la mañana viendo como los chinos se afanan en abrir el paso, esta vez desde la distancia. El operario de la grúa nos dice que a las cuatro el paso estará abierto… Sólo se equivoca por unos minutos.

Los camiones que se agolpan a ambos lados del deslizamiento, hacen dificil encontrar el momento para pasar, todos tenemos prisa.
Llegados al otro lado veo una furgoneta que me llena de alegría, son Janus y Ursul. Nos comentamos nuestras peripecias y nos hacemos unas fotos. Ellos van ahora hacia el norte y me dicen que la KKH es ahora transitable, no cogieron mi equipaje del hotel de Naran, por lo que tendré que cruzar de nuevo el Babussar pass.

En unos minutos alcanzo de nuevo al grupo, nos movemos despacio pero a nadie parece preocuparle, hay buen ambiente. Favian empieza a sufrir mas de la cuenta sobre la 125… Las suspensiones, frenos, etc no son lo mismo que en su moto.

Apenas hemos recorrido 21km. Empieza a caer la tarde cuando llegamos a un puente sobre el Indo. A su lado un viejo hotel, el Shangri-La, parece cerrado. Así nos lo confirma un policía del check-post. Intentamos convencerle de que nos dejen acampar allí, pues es tarde para llegar a Chilas. Hay que negociar con un joven que no nos lo pone fácil. Estamos en el Indus-Kohistan, aquí los extranjeros no caemos demasiado simpáticos y si queremos quedarnos tendremos que pagar. Dos mil rupias es el precio final, por una habitación maloliente para Favian y para mi y el espacio para tres tiendas.
Esa noche nos reunimos alrededor de un cazo de arroz y pollo al curry que nos sabe a gloria y nos vamos a acostar temprano, mañana intentaremos progresar un poco más.

Gilgit- Deslizamiento

 
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Con mis nuevos compañeros de viaje, salimos despacito de Gilgt. Se hace un poco raro ir pendiente de un grupo después de tanto tiempo rodando solo, pero también se agradece la compañía. El ritmo es lento, pero hay cierta animación y la 125 que Favian alquiló, le da un toque cómico al asunto.

Al poco rato encontramos unas maquinas trabajando en la carretera y nos extrañamos ya que creíamos que el deslizamiento estaba mas lejos. Resulta ser un nuevo deslizamiento que se ha producido hace solo unas horas. Para variar nos convertimos en el espectaculo de la gente que espera a que despejen la carretera.



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En poco tiempo la carretera  está de nuevo abierta y podemos continuar nuestro camino. Llegamos hasta un curioso lugar, donde empezamos a viajar al lado de ese viejo conocido en que se está convirtiendo el rio Indo. Es el punto donde confluyen tres de la mayores cordilleras montañosas del mundo y las dos mas altas, el Himalaya, el Karakoram y el Hindu Kush



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Aunque poco después de pasar Jaglot, encontramos el verdadero problema. El deslizamiento del que nos advirtieron es bastante grande. Un  Buen tramo de carretera , por el que yo pasé hace unos días, ha caído al rio. Trabajadores chinos se afanan en un paso alternativo sobre una pared de roca, para lo que necesitan explosivos. Los trabajos hacen imposible el paso y dudamos que hoy sea posible cruzarlo hoy. Decidimos esperar y nos unimos al deporte local de ver como trabaja la maquinaria.

En un momento dado se nos ordena despejar la zona, van a volar un gran roca… Y literalmente vuela…

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La tarde se echa encima y nos damos cuenta de que hoy no pasaremos, y si pasásemos no nos daría tiempo a llegar a ningún sitio.

Hoy acamparemos aquí.

Karimabad- Gilgit


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Con mas pereza que otra cosa , y tras un copioso desayuno, me despido de Joost, Annemiek, Robin y nuestro amigo belga. Tal vez nos encontremos de nuevo esta tarde en Gilgit….. Or… Maybe tomorrow!!! (Esta frase se he repetido bastantes veces en los últimos días)
El recorrido de vuelta a Gilgit es una copia del que hice hacia el norte. A pesar de resultar conocidos, los paisajes siguen siendo grandiosos.
Recordando que este tramo me llevó varias horas mas de lo previsto, intento parar lo menos posible. Tomo fotografías mentales y sigo camino para ir holgado de tiempo si encuentro alguna dificultad.
Para mi sorpresa, la pista esta en bastante mejor estado. El asfalto desapareció con las inundaciones, ahora hay largos tramos de grava suelta, pero no es el bacheado pedregal de días anteriores. Todo va “sobre ruedas” y parece que llegare con tranquilidad.
Cuando salí de Gilgit, tomé la carretera que va por la izquierda del rio, pues me dijeron que estaba en mejor estado. Como tengo tiempo, esta vez sigo por el lado derecho, mas de lo mismo, largos tramos de grava y algún que otro arenal. Algunas veces hasta divertidos!
Al llegar a Gilgit, tengo que cruzar un largo puente de madera de un solo sentido. Desde el lado desde donde lo veía no se podía apreciar el fuerte balanceo que se siente una vez estas sobre el.

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Busco un hotel barato y me pego una buena comilona, alli mismo. Da gusto poder comer varias veces al día! Este hotel es refugio de viajero y conozco a un español que lleva casi un año dando tumbos por India ,Nepal y Pakistan. También están allí Jason y Lisa con sus bicicletas. El patio es un oasis de calma entre el bullicio de Gilgit.
En pocas horas, toda la gente que conocí en Karimabad están allí, incluso el grupo de moteros que encontré cerca del Khunjerab pass llegan esa misma noche y por fin puedo hablar con ellos algo mas de unos minutos.
A Favian, el español se le ha averiado la moto, por lo que estarán allí unos días.  Yo tampoco tengo prisa en partir habiendo gente tan agradable con quien pasar el tiempo.
Al día siguiente, le echamos un vistazo a la moto de Favian para terminar comprobando que el embrague esta acabado. Tambien nos enteramos de que hay un deslizamiento de tierra unos cuarenta kms al sur y me uno a su grupo para poder ayudarnos mutuamente a cruzarlo.
Una pareja de ingleses en su luna de miel, James y Emily sobre dos XT660R. Otra pareja, esta vez un ingles y una francesa, Carl y Benedicte sobre sendas F650GS Dakar. Un italiano, Stefano, sobre una 1150 GS, y Favian sobre(o con) su maltrecha transalp. Componen este grupo que se unió para cruzar China.