sábado, 18 de septiembre de 2010

Naran Gilgit


Afficher Naran-Gilgit sur une carte plus grande



Despues de un dia de lluvias, sale el sol. La moto parece sacar los ojos como los caracoles y salgo de Naran sin un destino fijo. Pregunto al gerente del hotel y me dice "con esa moto no tendras problemas". Estoy empezando a cansarme de esas respuestas. Nadie parece darse cuenta del peso, la altura y las dimensiones de la moto.

Dejo en el hotel todo lo que no voy a necesitar de en esta "escapada" al norte. "Solo" llevo dos maletas con algo de ropa y todos los recambios y herramientas, saco de dormir, el deposito lleno, una garrafa de veinte litros de gasolina, comida para cuatro o cinco dias y diez litros de agua... Se supone que debia quitar peso, pero creo que he añadido mas.

De primeras, todo va bien, hay asfalto, algunos tramos de tierra, alguno de barro, pero son los menos. El paisaje empieza a cautivar los sentidos. El valle se abre y se hace cada vez mas amplio y gradioso. Las montañas se muestran majestuosas en la lejania y engañan a mis inexpertos ojos disimulando su verdadera magnitud. Pocas fotos, me digo. Entre Naran y el Babusar Pass apenas hay algo mas de sesenta kilometros, pero la gente aqui cuenta las distancias en tiempo y dicen que son de cuatro a seis horas. No quiero perder demasiado tiempo, quizas lo necesite.

El paso de un glaciar, que atraviesa la carretera, marca un punto de inflexion. el asfalto es ahora un bien escaso y cuando lo hay, esta roto. La pista debio ser buena, pero no ha resistido el envite de las lluvias y finalmente el barro se convierte en el dueño y señor del camino.

 
A partir de aqui, toda infraestructura es un mero recuerdo de una epoca anterior a las inundaciones. Puentes, carretera, tendido electrico o cualquier cosa construida en los ultimos años ha sido engullido por las aguas.






Se han construido pequeños puentes de madera para suplir los dañados y la gente va rehaciendo su vida como puede. En estos pueblos todos han perdido algun familiar y se enfrentan a un futuro incierto. Entre estos gigantes de piedra,  el invierno no es ninguna broma y se esta acercando inexorablemente. Lo mas sorprendente es que yo parezco mas preocupado por la caida de la noche que ellos por la llegada del invierno.


Caravanas de jeeps recorren la pista cargados de combustible, alimentos y demas mercancias que los camiones, incapazes de enfrentarse a estos terrenos, han dejado de proveer. Las mercancias han multiplicado su precio en algunos casos hasta por diez. Siempre hay alguien que saca provecho de las desgracias de los demas.




Pensando esn estos y otros asuntos, y tras un par de derrapadas que me despejan como un par de litros de cafe. Intento centrarme en la pista, que no esta la cosa para andarse con distracciones. Pero es que el entorno no ayuda. Asi llego hasta el lago Lulusar... Y aqui la cosa se pone seria... El barro blando como chocolate fundido me llega casi por las rodillas. Veo unos doscientos metros por delante de mi y pienso que se acabara pronto.... Y me equivoco.  Casi veinte kilometros ininterumpidos de barro de todas las texturas que conozco y algunas que no conocia. De vez en cuando tengo que parar a descansar un poco y me parece increible que la moto no haya atascado en varias ocasiones.  Cuando la pista apunta hacia el cielo, por fin el barro se acaba. Un par de "streams" quitan la mayor parte del barro de la moto y mis botas, que llevan mojadas por dentro desde que llegue a Naran,  terminan de nuevo bajo el agua.
En cualquier otro lugar esto seria un problema, pero en cuanto levanto la mirada todo parece pequeño.
Los gigantes de piedra hacen que se me encoja el corazon.






Por primera vez desde que he llegado a Pakistan, veo autenticos gigantes. Mientras se sube, todo parece estar por debajo, pero una vez arriba, es el punto mas bajo hasta donde alcanza la vista.
Hace bastante frio en el paso, pero al menos no hay nieve. Al otro lado la pista cae hacia el fondo del valle como una serpiente huyendo, en cuarenta km se descienden tres mil metros de altura hasta Chilas.






El calor va apretando segun me voy acercando a chilas. Aqui tambien hay una parte de la carretera que ha sido arrastrada por las lluvias y hay que meterse en Chilas para llegar hasta la KKH. Antes de entrar en el pueblo hago una parada para beber un poco de agua y necesito un buen rato para dar unos sorbos. El trafico es incesante en los alrededores y por aqui hay mucho "conservador". Un joven que conduce un camion se apiada de mi y me ofrece algo de comida y, sobre todo, un lugar apartado de la vista de los "conservadores" donde poder echartelo a la boca sin que nadie te mate con la mirada o te monte una jihad.
Atraviaso el pueblo sin pararme y llego hasta el puente del indo, cruzo al otro lado y nuevamente la pista esta rota, el terreno es arenoso y me quedo atascado en una subida. Algunos locales se dirigen hacia mi y me dejan atonito, han venido a ayudarme! En Chilas! Levantan la moto en volandas y me sacan del hoyo que ha hecho la rueda. Unos minutos mas tarde uno de ellos me acompaña a los petroglifos.













Chilas esta rodeado de petroglifos (dibujos en bajorelieve en la piedra) que no son otra cosa que grafitis dejados por viajeros a lo largo de los siglos. Esta ruta ha sido paso de gentes, mercancias, ideas, culturas y religiones desde hace milenios. Algunos de estos dibujos tienen mas de dos mil años. A pesar de ir derecho hasta los mas vistosos gracias a mi inesperado amigo, pienso que debo continuar camino. cuando he cruzado Chilas no me ha dado la impresion de ser precisamente bienvenido.

Con mas cuidado salgo del arenal y me planto en la carretera, por llamarlo de alguna forma. Esta completamente destrozada  y da la impresion de que lo estara mas aun. Esta carretera es una obra continua donde lo que terminaste ayer se destruira mañana. Los corrimientos de tierra estan a la orden del dia y siempre o casi hay un tramo cortado. Puedes ver rocas del tamaño de una casa que penden como una espada de Damocles sobre una carretera que algun dia aplastaran;


Creo que tengo tiempo de llegar a Gilgit, son solo cien kilometros.  Continuo camino y no consigo hacer mas de veinte kms en una hora. Empiezo a pensar que quizas fuera mejor parar antes de Gilgit y hacer noche cuando veo una pintada en una piedra "look behind". Miro por el espejo y solo veo montañas. Unos metros mas adelante veo otra pintada similar y lo comprendo....




Parece que esta ahi, al lado. Un autentico coloso,  el Nanga Parbat. su cara norte desciende siete mil metros desde la cima hasta el Indo y la cara sur es una pared de roca casi vertical que azciende cuatro mil seiscientos.
Dos hoteles he visto hasta ahora uno maloliente y el otro cerrado, tengo que llegar a Gilgit.
Enfilo hacia alla y no paro hasta que llego, ya de noche. Estoy cansado y me voy a una guest house que hay en la entrada, no es lo mas barato, pero es bastante comoda. En el baño hay una bascula, me subo por curiosidad y me llevo una sorpresa. Lo pienso detenidamente y todo encaja, he estado casi dieciseis horas encima de la moto, he perdido cinco kilos en un dia. Miro la moto que esta aparcada fuera y pienso que se merece una medalla, ha sido un dia duro..... y para ella mas que para mi.

3 comentarios:

  1. te doy esos cinco kilos gratis y no se hable mas. que no hacer por un hermano!!

    ResponderEliminar
  2. Menudo regalo de cumpleaños te has echado. muy buena crónica, animo y sigue así.
    Vssssssssssss

    ResponderEliminar
  3. jodo primo vaya viajes que te pegas ale a pasarlo bien cuidate

    ResponderEliminar