Islamabad

Desde que llegue a Pakistan llevo oyendo acerca de las inundaciones en el norte del pais. En un principio pense en descartar el viaje a esa zona, pero eso significaria perder una oportunidad de oro para poder recorrer la mitica KKH. Nada mas llegar a Islamabad me puse en contacto con Miguel, "un amigo de un amigo". Trabaja aqui y me puso al corriente de la situaciom del pais, nada esperanzadora por el momento y sin visos de mejorar, mas bien parece que las cosas iran a peor.

Si cada vez es mas dificil llegar a este rincon del mundo, "mas vale pajaro en mano". Si tengo que esperar, esperare. Me quedare aqui hasta que abran las vias de comunicacion.

El tiempo pasa despacio en los lugares aburridos, Islamabad no tiene nada mas que amplias avenidas, una disposicion pensada para el coche y, en epoca de monzon, una combinacion de calor y humedad que convierten cada paso en una tortura cada inspiracion en una lenta agonia. Apenas hay diferencia de temperatura entre el dia y la noche y la tienda de campaña no ayuda a descansar. Los mosquitos se ceban de mi sangre y tengo el cuerpo cubierto de picaduras..... No me gusta Islamabad.....

Por otro lado, no todo son malos momentos. Anke y Neils siempre esperan con un cafe por la mañana. Maya y Florian dan un toque entretenido al resto del dia. El camping esta lleno de animales, ardillas, pajaros carpinteros, aguilas e incluso mangostas.

Janus y Ursul, se unen al campamento y gracias a su "guest house" duermo seco unos cuantos dias, el doble techo de su furgoneta es mi salvacion. Gente simpatica y bromista, nos hemos reido bastante durante estos dias.

Miguel ha sido una gran ayuda en momentos dificiles y una fuente de informacion realista aunque a veces la realidad suena dura.
Si alguien quiere echar un vistazo a su blog: http://locurassinfronteras-miguel.blogspot.com/   Hay entradas que no tienen desperdicio. No apto para amantes de lo politicamente correcto.



Tambien he tenido oportunidad de hacer alguna excursion por los alrededores, Nathiagali, Muree y sobre todo comprobar que, como casi siempre, el 98 por ciento de la gente es sencillamente encantadora. Pero, como casi siempre, hay un 2 por ciento de escoria que todo lo corrompe. Por desgracia, ese dos por ciento, flota como la mierda y es la imagen que muchas veces nos llevamos.